Los hechos de esta historia son reales, solo los hechos, cualquier coincididencia con los nombres o motivos son pura coincidencia.
David había quedado como todos en recoger a Juán en su casa. Cogió los cascos y fue a por su moto. Le encantaba su moto; era una moto de campo, pero el la usaba por la ciudad.
Llegó a la puerta de Juán, y pitó. Juán se asomó por la ventana y bajó corriendo a la calle, se saludaron, y tomó el casco que David le ofrecía y se lo puso.
Arrancaron, e iban a una velocidad adecuada a la ciudad. Llegaron a una de tantas rotondas, cuando la moto se fue, con tan mala suerte de ir a chocar con una de las señales que allí había. David se recuperó del susto y vió como Juán se levantaba del suelo dolido. David miró como estaba y le preguntó:
- ¿Estás bien?
- Sí, estoy bien- Conetsto Juán mientras se de desabrochaba el casco.
David ya se había quitado el casco y parecía estar bien. David miraba a Juán mientras se quitaba el casco, vió como se le ponían los ojos blancos y se desplomaba al suelo, sin vida.
miércoles, noviembre 29, 2006
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2 comentarios:
entonces no estaba tan bien, no??? jeje
en fin, que eso es muy peligroso, ya se sabe que cuando se tiene un accidente, no hay que quitarse el casco bajo ningún concepto!!!
un beso, guapetón
Wouu.. me quedé -_- triste historia...
Vea pues, esa del casco no mela sabía...
bacano....
Cuídate mucho...
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